Si existe algún tema en el que puedas darte cuenta de que tienes una tranquilidad que no tenías en Venezuela es que en este momento estás en la micro, en el metro, o incluso caminando por la calle y estás leyendo esto en tu celular.

Oye si, también existen los “lanzas” o choros de mano agilísima que son capaces de sacarte el celular del bolsillo sin que te des cuenta, también hay algunos que tienen una habilidad inequívoca de quitártelo de las manos en una micro justo cuando el chofer cierra la puerta por la que se escabulle habilidosamente, incluso, existe alguno que “pesca” el aparato desde la ventana de la micro.

Si, lo sabemos, hay sitios de sitios para que te roben, y obviamente en esos sitios debes tener cuidado, porque la verdad es que a donde vayas, debes cuidarte.

Hiperconectados

No hay que ser un genio graduado en estadística o economía para darte cuenta de que el 70% de las personas que están en el transporte público usa ese tiempo ocioso para consumir contenidos de redes sociales, Youtube o Netflix cuando está en tránsito.

De hecho, en Chile son pocos los que no poseen teléfonos inteligentes y debo reconocer que los servicios móviles son muy competitivos, tanto que puede que por lo menos dos veces al mes te llamen para ofrecerte un plan mucho mejor que tienes desde la competencia.

Otra de las ventajas es que la red se ha extendido al subterráneo: en el metro hay muy pocos segmentos donde se va la señal, también es lógico, que depende al volumen de gente tienes mejor o peor conexión. Aunque amigos que viven más hacia las afueras de Santiago me dicen que no todos tienen el mismo alcance de conexión, es decir que la cosa no es tan democrática como parece.

Lo cierto es que el acceso a contenido, a internet libre y rápido, comparado con Venezuela, es un cambio del cielo a la tierra. Entonces tienes una tranquilidad gracias a esas 12 lucas para estar hiperconectado, no solo para el consumo de contenidos, sino también para aprovechar esa ventaja para poder conversar con tu familia en el momento indicado… es decir, cuando ellos tienen el mínimo resquicio de internet en Venezuela… que remite más a la suerte que a otra cosa.

Voy a buscar la paz interior

Pero de esto no se trata este texto (ya parezco a George Harris), se trata de esa tranquilidad que tienes ahora. ¿Recuerdas lo que significaba que sonara tu celular en la buseta a la altura de La California? ¿Esa sensación terrible de sacar el teléfono en la entrada del metro? El hecho simple de tener un IPhone en una caja en su caja y cargar un teléfono comprado en City Market para no exponerte era parte de esa intranquilidad imperceptible que cambia en el minuto que estas en un país distinto. No sólo Chile.

Siempre he dicho que Venezuela es un país agresivo en muchos aspectos y estamos a acostumbrados a eso, aquí bajamos las alertas y nos sentimos “libres” de hacer cosas que en el común no estamos acostumbrados porque nuestro entorno nos hace previsivos, violentos hasta con nosotros mismos.

Creo que es importante que aprendamos a disfrutar de esa paz que nos brinda un país distinto, con costumbres distintas y hábitos distintos… pero, si por alguna razón vas a andar por ahí en lugares desolados, puedes leer esto después, guarda el teléfono.

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