Palacio a la orden de todos
La sensación es extraña. Agradable, sí, pero desconocida. Nunca había estado tan cerca de un palacio presidencial con tanta cotidianidad como lo estoy en La Moneda.
La sensación es extraña. Agradable, sí, pero desconocida. Nunca había estado tan cerca de un palacio presidencial con tanta cotidianidad como lo estoy en La Moneda.
Plaza de Armas es de mis lugares favoritos. La energía abraza y consuela y no es costoso llegar. Un pasaje en micro, o en metro, es suficiente para respirar un poco de esperanza.