Realmente creo que un traje, título o rol no define a la persona. Sé es mucho más que eso.
En el 2012 inicié mis primeros estudios de Coaching y eso cambió mi mirada de la vida. Comencé a escudriñar mis raíces; me formulé muchas preguntas hasta que logré encontrar eso que me define como persona. A partir de allí, empecé a trabajar en mí, en mi coherencia y vivir desde lo que amo y lo que soy.
Esto se dice fácil pero requiere de mucha constancia y estar consciente, en todo momento, y que a pesar de los roles, entorno, y vivencias seguimos siendo los mismos (como dice mi primo @Elmicarelli).
Siento que con la migración me perdí un poco, creo que no me vine con un objetivo tangible planteado: y para ser sincera nunca me propuse ser la misma profesional exitosa que fui en Venezuela. Realmente, mi meta era conseguir esa tranquilidad y bienestar para mí y los míos que tanto extrañaba. De hecho me vine clara que dejaría mi traje y me vestiría con otro nuevo, jamás emigré queriendo repetir mi historia.
Un dicho popular dice: si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada -así mismo me pasó- del cielo me llegó un empleo que era el mismo que dejé en mi país (un milagro) porque nunca lo busqué. Entonces fue así cómo cambié el delantal, que estaba usando acá en Chile en un minimarket, por unos tacones (usados).
Durante más de un año, viví muchos cambios. Me esforcé cada día en buscar acoplarme, comprender al otro, desaprender para aprender, cómo aportar desde mi humildad y experiencia. Hubo días de risas y otros de lágrimas. Caí muchas veces, me levanté nuevamente y seguí adelante, porque allí está el secreto para crecer.
El tiempo de tacones se acabó, y con ese fin recibí las mejores palabras y abrazos de agradecimiento de personas que no me esperaba. A veces dejamos de creer en nosotros y sin darnos cuenta realizamos una gestión maravillosa en cualquiera de los roles que hagamos. Siempre te encontrarás con gente que te critique, que no vea tu valor, pero habrá otros que sí, quédate con estos últimos.
Brillemos para nosotros, y compartamos esa luz por toda la inmensidad. Hay días buenos y otros no tantos, pero siempre recuerda quién eres, eso que te define. Vive desde tus pasiones (frase de mi querida @NeirysVilchez) y cree en ti porque eres valioso.
Antes de irme, te invito a reflexionar: ¿Sabes cuáles principios y valores te definen?, anota los más relevantes para ti y tenlos presente en cada rol que desempeñes.
Abrazos de bienestar,
Yu
One Comment on “El traje no hace al monje”
Yenny Ojeda
10/14/2019 at 11:05 pmHermoso amiga sin duda alguna me identificó con tua lindas palabras. Sin duda alguna de cada rol se aprende y ante cada obstáculo se ea capaz de enfrentar sin temor y con confianza en Dios y en uno miamo. Gracias por este fragmento